Tiene mucho tiempo que no me siento a disfrutar con calma de un buen té negro de Rimbaud, endulzado con una cucharada de Nat King Cole, o a comer los agridulces trazos de Warhol sobre una ensalada de literatura beat. Que no tomo un sorbo de Dalí o que me embriago de García Márquez. Que me empalago la lengua con Isabel Allende o Tori Amos. Hay veces que enfrento la vida de tal manera que me vuelvo más terrestre, cotidiana, que el tenue sabor del arte aparece sólo cuando sumergida en pensamientos retomo lo rutinario y lo moldeo en poesía. Hay momentos en que me convierto en una anoréxica del arte, otras simplemente muero de inanición, y luego despierto sintiendo un cosquilleo en el estómago síntoma de mi gastritis, he intento devorar cualquier migaja que se atraviesa en mi camino. Deambulo así en un festín de arte, muriendo y volviendo a nacer.
2 comentarios:
pues ya lee mis blogs....allí también hay un buen de literatura y arte...
con eso y un cafecito de por la sierra...ya la hiciste...y se te quitará lo achicopalado... jiji
a olvidé...también tqm...y me gusta que me pases avisitar cuando vienes....me gusta ,me gusta...
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