La felicidad viene en contadas dosis, como reencontrarse con viejos amigos que hace años no ves, al caminar hacia tu taller de redacción de cuento, al bailar improvisadamente frente a tus compañeras de danza, sentir el sol y viento en la cara, al escuchar una risa infantil y juguetona, o simplemente al darte cuenta que estas vivo.
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