martes, 24 de marzo de 2009

El tenue sabor del arte

Tiene mucho tiempo que no me siento a disfrutar con calma de un buen té negro de Rimbaud, endulzado con una cucharada de Nat King Cole, o a comer los agridulces trazos de Warhol sobre una ensalada de literatura beat. Que no tomo un sorbo de Dalí o que me embriago de García Márquez. Que me empalago la lengua con Isabel Allende o Tori Amos. Hay veces que enfrento la vida de tal manera que me vuelvo más terrestre, cotidiana, que el tenue sabor del arte aparece sólo cuando sumergida en pensamientos retomo lo rutinario y lo moldeo en poesía. Hay momentos en que me convierto en una anoréxica del arte, otras simplemente muero de inanición, y luego despierto sintiendo un cosquilleo en el estómago síntoma de mi gastritis, he intento devorar cualquier migaja que se atraviesa en mi camino. Deambulo así en un festín de arte, muriendo y volviendo a nacer.

miércoles, 11 de marzo de 2009

In crescendo plus Ed Hardy


Acabo de descubrir a uno de los mejores diseñadores de nuestros tiempos que combina prefectamente con mi reciente gusto por el metal, esta locochón, hechándome un clavado por sus diseños no puedo evitar el fugarme en un viaje mental por la ciudad de Tokio, Nueva York, o quizá, incluso por una autopista de la desértica Arizona, a toda velocidad sobre una Iron 883, ecuchando algunas canciones de Judas priest, Iron Maiden, Trail of tears, Opeth, Arch Enemy. Un breve espacio para olvidarme de todo, para extremar los sentidos, subir la adrenalina, volar libre, sin rumbo, sin lastres del pasado, con la pasión incierta del mañana. Degustando una nueva aventura cada día, en una vida interminable de velocidad y movimiento.