jueves, 25 de junio de 2015

Nostalgia (Mario Benedetti)

¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.

sábado, 20 de junio de 2015

Ecos y ecos (Benedetti, 2007)

   Los ecos de ayer y de anteayer quedaron solos, sin los sonidos opacos y las voces abiertas, luego amortajadas, que los colocaron en el aire limpio. Sobreviven al pasado, son copias fidedignas pero sirven de poco, porque no palpitan, no son continuaciones sino trazos lineales de tiempo, imitaciones de lo inimitable porque su sentido real, único, original, quedó allá lejos, en el silencio del olvido.
   A partir de los ecos suelen hacerse pronósticos, casi siempre falsos. ¿Por qué? Porque proponen una dicha mentirosa o la convalecencia de una soledad que no era tal. Los ecos nos siguen o más bien nos persiguen, pero su compañía, aunque sea clamorosa, nos sirve de poco. Es como una jubilación de la pobreza. 
   Con ellos vamos, un poco desolados, porque ansiamos verdades y no reflejos, hechos y no desechos. Nada podemos reclamarles porque son presencias fantasmales, espejos de lo que oyeron y ya no está, parodias de la muerte. Yo dejo que suenen y resuenen. Allá ellos. Yo presiero entenderme con mis voces.